GIRA ESPAÑOLA: Paseos y escapadas por Madrid
La noche del 9 de junio, el día de su condecoración y de su primer encontronazo con la mujer de Franco, el gobierno había organizado una gala en el palacio de El Pardo y allí Evita recibió los primeros regalos que le tenían reservados: un tapiz con una reproducción de El Greco, una colección de cerámica toledana, un abanico de oro y marfil, un collar de plata, un mantón de Murcia y perfumes.
El programa del día siguiente fue agotador. Por la mañana, con una pequeña comitiva encabezada por el marqués de Chinchilla, la llevaron al Escorial: El palacio de Felipe II había sido abierto solamente para que ella lo visitara, y se lo hicieron recorrer palmo a palmo y cuarto a cuarto, sin olvidar el Pudridero, donde yacen los restos de casi todos los reyes de España. A Eva la sorprendió ese inmenso monumento vacío y – a su juicio – desaprovechado, y después de almorzar en el salón de Embajadores hizo uno de sus comentarios: -¿Por qué no dedican este enorme y sombrío edificio a algo útil? Por ejemplo, colonia para niños pobres. Se ven tantos...
GIRA ESPAÑOLA : Turismo en Andalucía
El Ayuntamiento de Granada, para no ser menos, le había organizado una fiesta faraónica en la antigua fortaleza árabe de la Alhambra, y – para compensar – la parte más recoleta del programa consistía en una visita a la tumba de los Reyes Católicos.
Eva admiró los sepulcros tallados en mármol de Carrara que representan los cuerpos de Isabel y Fernando en su lecho de muerte, y observó que la cabeza de la reina estaba notablemente más hundida que la del rey. El detalle – un inescrutable capricho del escultor italiano Domenico Francelli – le fue explicado con la misma humorada que los guías utilizan hasta hoy: “Es que la reina era más inteligente que su esposo.Tenía mejores ideas y por eso su cabeza pesaba más.” Eva escuchó la explicación en silencio, pensó un momento y cuando todos esperaban que sonriera cómplice y festejara el chiste, dijo seriamente: - Ah, sí. En todos lados pasa lo mismo.
GIRA ESPAÑOLA : Galicia
En Galicia Eva hizo visitas protocolares (la Escuela Naval y Militar de Marín), recorrió la bahía de Pontevedra a bordo del yate “Azor” y llegó a Vigo en automóvil, donde se encontró a otra multitud que coreaba los nombres de Franco y Perón. Ella, que no temìa a los micrófonos, les habló: - En Argentina trabajamos para que haya menos ricos y menos pobres. ¡ Hagan ustedes lo mismo ¡
GIRA ESPAÑOLA: Pasión de multitudes
La última noche que Eva pasó en España, Franco le ofreció una cena de gala en el Patio de los Naranjos del Palacio de la Diputación. Su invitada lucía un vestido largo y negro y un collar de perlas auténticas que disputaban fulgores a la gran Cruz de Isabel la Católica . Durante la comida una orquesta interpretaba música regional española y , a pedido de Franco, tangos argentinos. Afuera del palacio una multitud coreaba su nombre y reclamaba la presencia de la visitante en el balcón. Eva se permitió una ùltima ironía: -¿Quiere un consejo – le dijo al Generalísimo – Cuando necesite reunir a una multitud como ésta, mándeme llamar.
Material de la Hemeroteca Biblioteca Argentina "Dr. Juan Alvarez" de Rosario, Santa Fe, Argentina
GIRA ESPAÑOLA - Peleas con la mujer de Franco
Suplemento a la edición Nº 3837 del 22 de Enero de 1996 de la revista "Para Ti", Buenos Aires, Argentina.
Evita y la mujer de Franco salieron a recorrer Madrid. Lo que tendría que haber sido un paseo, sin embargo, se transformó en el primer round de una pelea entre las dos mujeres que iba a prolongarse, dentro de las educadas reglas del protocolo diplomático, durante toda la estadía de Eva en España. Aunque después discutirían por otros motivos, aquella primera vez la disputa fue por el itinerario: mientras Carmen Polo quiso mostrarle a su invitada el Madrid histórico de los Austrias y los Borbones, Eva quiso ver los hospitales públicos y los barrios obreros. De regreso en la Argentina, contaría: "A la mujer de Franco no le gustaban los obreros, y cada vez que podía los tildaba de "rojos" porque habían participado en la guerra civil. Yo me aguanté un par de veces hasta que no pude más, y le dije que su marido no era un gobernante por los votos del pueblo sino por imposición de una victoria. A la gorda no le gustó nada". El de aquella tarde fue el primero de los encontronazos entre las dos mujeres, y también el primer indicio que tendría Franco de que las cosas podían complicársele: ésa no iba a ser una sencilla visita de cortesía, ni los resultados que obtuviera de ella serìan gratis. Y èl no estaba acostumbrado a eso. Desde hacía ocho años, y tras una guerra civil que había durado otros tres, gobernaba España con mano de hierro y los títulos de "Caudillo" y "Generalísimo". No admitía oposición ni críticas a su gobierno, y la comunidad internacional le recriminaba los fusilamientos que aún no habían cesado. Franco se sentía todopoderoso, pero hasta que no invitó a Perón y se encontró recibiendo a su esposa, no supo en qué historia se había metido. Eva - lo advirtió de golpe - tenía apenas veintiocho años pero investía la representación de un Estado que podía decidir el hambre o la satisfacción de millones de españoles. Y, lo que era peor, estaba convencida de que no había cosas que no pudiera hacer ni palabras que no pudiera decir.
Cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina y cedidas expresamente para esta página por la BIBLIOTECA ARGENTINA "DR. JUAN ALVAREZ", Municipalidad de Rosario, Santa Fe, ARGENTINA.
Puntos de navegación:
Aquí puedes ver otras páginas realizadas por mí sobre:
Esta página está dedicada a mi esposa Dolors Cabrera Guillén, fallecida por cáncer el día 12 de marzo de 2007 a las 18.50 y por seguir su última voluntad, ya que conociéndome, antes de morir, me hizo prometerle que no abandonaría la realización de mis páginas web.
(C) Copyright Mariano Bayona Estradera 1999 - 2016
|